lunes, 16 de noviembre de 2015

Alonso Quijano en estampa

Bienvenidos a todos aquellos navegantes que, nuevamente, han encallado en las infinitas e irregulares aguas de la red. En esta ocasión os traigo un tema que, quizás, no comparta de una forma clara la temática de este blog; sin embargo, durante los grandes siglos de la historia, la imagen ha sido, y sigue siendo, una pieza notablemente importante dentro de la estructura literaria.


Así, durante varios siglos atrás, éstas han sido caracterizadas por proporcionar un "ayuda" o entendimiento mayor sobre lo que estaba aconteciendo en una determinada narración. Así, durante mucho tiempo, estas imágenes se utilizaron con fin "publicitario" ya que no era extraño comprobar el agrado del pueblo ante una obra la cual se caracterizara más por su estampa que por su contenido artístico. De esta forma, cuando se habla de Literatura, se debe incluir la imagen, no lo solo como objeto ornamental u de lenguaje; sino, como otra expresión o manifestación artística que se sintetiza de una forma totalmente sublime en los rincones y entresijos que componen este mundo literario. De esta forma, en esta entrada podréis observar algunas imágenes de uno de los personajes más famosos y, para algunos, entrañable de la literatura española. Alonso de Quijano, o como suele ser llamada por la mayoría de las personas Don Quijote de la Mancha. Personaje creado por uno de los escritores más reconocidos y grandes del mundo de la Literatura. Miguel de Cervantes.

Don Quijote, 1797-1798. Imagen encontrada en la Biblioteca Digital Hispánica
En primer lugar, hay que entender a este personaje como un ser, no loco; sino, enamorado y embriagado por las novelas de caballerías. De ahí, bajo un acto de valentía, decidirá emprender su aventura como caballero errante en pos a salvar doncellas y demás tópicos o actos marcados en el arquetipo del caballero de la épica románica. Sin embargo, si mente sobrealimentadas de ficción caballeresca le jugará malas pasadas a nuestro amigo, que a su vez, se convertirán en escenas plenamente sátiras y cómicas. Esta característica no es de extrañar, pues Miguel de Cervantes, en todo momento, desea la burla hacia todo aquel comportamiento del buen caballero, otorgando a su personaje unos rasgos que conforman una astuta antítesis de éste. Así, mientras que el caballero tradicional es fuerte, inteligente y esbelto, nuestro amigo Alonso presenta una avanzada edad; además, de una constitución física bastante limitada.
Don Quijote. 1798-1800. Imagen encontrada en la Biblioteca Digital Hispánica.





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